Ellas los odian
En nuestra sociedad se está gestando una tribu dispersa de amazonas violentas alentadas por las hembristas con el celebérrimo y manido 016. A estas fanáticas poco les importan las mujeres, maltratadas o no, porque su único objetivo es cargar contra los hombres a quienes consideran inferiores como demuestran sus propios alegatos. De hecho, han conseguido que en España se aprueben unas leyes que les permite delinquir contra sus cónyuges con total impunidad. De este hecho que sólo ellas niegan se derivan complicaciones serias que endurecen y agravan el problema de forma irreversible, porque cuando se produce una injusticia de este tipo es irreparable.
De ahí que muchos ciudadanos no se expliquen algunos sucesos relacionados de los que frecuentemente nos informan los medios. Todos reconocemos que la preparación media española es muy baja, de modo que es fácil comprender que un hombre ignorante sometido a una injusticia de semejante calibre, acompañada de la correspondiente estigmatización social gratuita, es capaz de llegar al extremo y delinquir por su propia desesperación e impotencia. De ningún modo es una justificación, porque no la tiene, sino un hecho que se produce habitualmente y cuyos únicos responsables son quienes lo han propiciado.
Esas crecientes mujeres violentas tienen el mismo perfil que los machistas maltratadores y huelga decir que merecen exactamente el mismo trato. Sin embargo, denunciar a una maltratadora es una tarea difícil porque las propias hembristas, que hasta se han apoderado de las judicaturas, las encubren delictivamente y las denuncias terminan impunemente archivadas. En el mejor de los casos les impondrán una pequeña regañina, ni siquiera una multa, pero no se las envía a prisión que es donde deberían estar con las mismas penas que se imponen exclusivamente a los hombres de forma injusta e inconstitucional.
No podremos terminar con el machismo si permitimos que siga creciendo el hembrismo homólogo, más peligroso aún que el primero por su rápido envenenamiento de la sociedad, hipnotizada por un mensaje tan perverso como falso: "Las mujeres siempre son santas y los hombres siempre son maltratadores".
Machismo y hembrismo son rechazables, condenables y claramente inconstitucionales en relación al artículo 14 de nuestra Constitución. La actividad de estas mujeres es claramente ilegal por más que la judicatura cobarde española quiera mirar para otro lado, si bien la europea mirará donde se debe mirar.
Estas mujercitas mediocres campan a sus anchas por España con sus arengas de dudosa legalidad y hasta se permiten interponer denuncias esquizofrénicas ante el Gobierno del Poder Judicial que son claras apologías en favor de las denuncias falsas y los malos tratos femeninos como si fuera lo más natural del mundo. Lo cierto es que una sociedad que no tiene formación humanística, porque previamente se encargaron de eliminarla, es perfectamente manipulable para que considere ilusoriamente justos los fines inmorales de estas fanáticas sin escrúpulos.
Así seguirán actuando estas revanchistas cargadas de testosterona, sometiendo al hombre hasta que nuestra sociedad reaccione y rechace sus manipulaciones inmorales, oportunistas, delirantes y delictivas. A esta empresa dedicaré el resto de mi vida si es necesario, suponiendo que no me asesinen antes de terminar porque me consta personalmente que son capaces de todo aunque sea ilegal. Por si acaso he redactado y firmado una declaración de peligro vital a buen recaudo y todas las próximas imputadas y cómplices, que superan la docena, saben que contiene sus nombres.
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