Papeles cambiados
Un tinerfeño maltratado "por una mujer que se ampara en la Ley de Violencia de Género" ha decidido hacer público su caso. Denunció que fue agredido por su ex pareja. "Pero fui yo el que estuvo en comisaría y ahora soy un paciente del SCS por violencia doméstica", dice.
DORY MERINO, Tenerife. Edición impresa 7/dic/10 07:46
Álvaro Rodríguez ha decidido hacer público su caso, "antes de volverme loco", señala, porque, en su opinión, "los últimos cuatro años de mi vida podrían servir para el guión de una película de terror".
En la actualidad es un paciente del Servicio Canario de Salud "por violencia doméstica, con un grado de discapacidad del 65%", tal y como figura en su informe médico, donde se precisa que su discapacidad es de tipo física, psíquica y también sensorial.
Explicó que todo empezó en abril de 2006, "cuando mi pareja me agredió en casa y me acorraló, mientras gritaba desesperadamente, hasta que los vecinos llamaron a la policía, que acudieron a la vivienda y fui yo el que quedó detenido, a pesar de que me encontraron temblando de miedo y escondido para no sufrir más daños físicos".
Rodríguez señala que tiene grabado en la mente el tiempo que pasó detenido, "de forma injusta", cuando fue detenido en la pelea con su ex pareja, "donde yo permanecí pasivo contemplando cómo ella se autolesionaba". Tras este episodio, "comenzó mi calvario judicial", manifestó.
Tiene en su poder las sentencias que lo declaran inocente y que culpan a su ex pareja como causante de las agresiones que ha sufrido "de forma reiterada", como señala la condena.
En este sentido, él critica la Ley de Violencia de Género, "porque ha condenado a mi agresora por delitos de malos tratos de forma continuada en el ámbito familiar y no sólo sigue en la calle, sino que me ha embarcado en un conflicto judicial interminable, cuando la misma ley trata a los maltratadores con otros parámetros".
Recalca que mientras un maltratador tiene penas de cárcel, si la condenada es mujer se le imputan penas mucho menores. Este es uno de los puntos que pone de manifiesto contra la Ley de Violencia de Género.
El expediente judicial que acumula este tinerfeño consta de decenas de carpetas.
Hay que tener en cuenta que su presunta agresora tiene una enfermedad mental, descrita con detalle en los informes médicos que obran en su poder, sin embargo, Álvaro denuncia que en su expediente hay sentencias en suspenso o juicios pendientes, "algo inexplicable y que no se podría entender en el caso contrario, si un hombre maltrata a una mujer".
Una de las sentencias a su favor -la número 392/2009- es del pasado mes de noviembre, del Juzgado de lo Penal número 1 de Santa Cruz de Tenerife, donde se condena a la ex pareja de Álvaro "por un delito de malos tratos en el ámbito familiar... a la medida de dos años de sumisión a tratamiento externo en centro médico adecuado a su enfermedad".
Tanto Álvaro como su ex pareja tienen orden de alejamiento.
Sin embargo, el día 24 de marzo del presente año, "ella se acercó a mí en el tranvía, cuando salía del hospital y, a la vista de todos los ciudadanos me robó la mochila con mi documentación y muchos efectos personales, hecho que degeneró en otra agresión cuando se acercó a mí por la espalda, en la plaza Weyler, y me tiró la mochila, mientras me daba golpes en la cabeza, también a la vista de todos".
Este suceso fue el origen de otra denuncia por parte de Álvaro hacia su ex pareja, no sólo porque se saltó la orden de alejamiento, sino por la nueva agresión. Este juicio está pendiente.
Por todos estos motivos, Álvaro Rodríguez ha tenido que abandonar la isla en la que ha vivido casi toda su vida y se ha visto en la obligación de buscar otro lugar de residencia "para sobrevivir", según indicó este tinerfeño.
El autor del blog: Esperemos que, si gana el PP en las próximas como es lo previsible, no siga con este sentido de justicia fascista. No solo sería perpetuar la sinrazón, el fascino y la injusticia sino que creo, sinceramente, que el PP (visto lo visto) metería la pata hasta el fondo, pues el ciudadano necesita ver vestigios de sensatez, y seguir con estas falsas políticas de igualdad no es sensato. Por tales motivos, me fio poco de Doña Espe, se le ve un ramalazo de feminista radical que enfría a muchos ciudadanos a la hora de confiar en el PP. Avisados estáis, cuidado con el feminismo fascista que reclama igualdad apoyándose en la desigualdad que generan. Y, sinceramente, los ciudadanos están hartos de injusticias y mentiras.
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