NUEVA LEGISLACIÓN
La ley de custodia compartida permite la revisión de todas las separaciones
RAMÓN J. CAMPO. ZARAGOZA 07/11/2010 a las 06:00
La norma da un año para reclamar y los juzgados reciben ya tantos convenios antiguos como demandas nuevas.
La revolución en las separaciones que ha provocado la ley de custodia compartida solo acaba de empezar. Desde la entrada en vigor de la norma, el pasado 8 de septiembre, los tres juzgados de familia de Zaragoza han sumado una docena de nuevas demandas de separación, a las que se añaden otras tantas anteriores que también han solicitado la revisión del convenio para poder acceder a la custodia compartida de los hijos.
La pionera ley aragonesa, que ha abierto la senda a otras Comunidades autónomas, ofrece esta posibilidad si se presenta en el plazo de un año la revisión del proceso. La norma se aplica con el principio de retroactividad al entender que favorece a todas las parejas separadas.
"Tenemos tantos nuevos casos desde la entrada en vigor de la ley (el pasado 8 de septiembre) como convenios en marcha que han solicitado la revisión", explicó el juez Francisco Javier Forcada Miranda, titular del Juzgado de Familia número 6.
Los abogados matrimonialistas empiezan a recibir llamadas y peticiones de separados, en su mayor parte hombres, que esgrimen motivos económicos en plena crisis para que se cambie el régimen y se aplique la custodia compartida. "Yo gano lo mismo que mi mujer y tengo que pasarle la pensión porque tiene la custodia", es la queja más frecuente de los hombres para pedir que se reabran sus casos de separación.
"Casuística tremenda"
El magistrado Francisco Javier Forcada, que dictó la primera sentencia que aplicó la nueva ley, destaca que no caben "reglas generales" en su aplicación. "La custodia compartida tiene una casuística tremenda, con situaciones familiares muy distintas. La solución será diferente para cada grupo", sostiene el juez que añade: "Hay que hacer una camisa a la medida para cada separación".
El interés que ha despertado la aplicación de la nueva ley de custodia compartida ha motivado que este tema haya sido escogido por el Justicia de Aragón como objeto de debate en el Foro de Derecho Aragonés, que se celebrará el próximo día 23. Francisco Javier Forcada es uno de los ponentes, junto al profesor titular de Derecho Civil, Carlos Martínez de Aguirre.
Forcada destaca que lo importante de la nueva ley es que "no frena las potestades de los fiscales y los jueces para tomar decisiones sobre quién se queda con la vivienda. Es el juez el que decide quién se queda con la casa".
La ley de custodia compartida supone una revolución jurídica porque antes estaba sujeta a la petición de una parte y a unos informes que la avalaran. Ahora, el juez tiene la potestad de decidir a quién le otorga la casa.
Posturas irreconciliables
La aplicación ha despertado la polémica entre la Asociación de Mujeres Juristas, contrarias a la norma que modifica la situación anterior que solía entregar la custodia a las mujeres, y la Asociación de Padres Separados, que está a favor porque supone la aplicación de la igualdad.
"Son posturas irreconciliables entre las asociaciones de mujeres y las de padres separados. Es difícil que se puedan llegar a poner de acuerdo, hoy por hoy ", asume el juez de familia. "Pero como ideario, nadie discute que la custodia compartida es lo mejor para todo el mundo. Nadie pone en cuestión que la sociedad va cambiando poco a poco".
De cualquier manera, los Juzgados de Familia critican que la DGA todavía está en proceso de crear el servicio de mediación previsto en la ley de custodia compartida. "Es un misterio que está por desentrañar. En Aragón no se ha puesto en marcha todavía. Cuando tengamos ese servicio podremos ver su influencia real", señala el juez Forcada.
Falta personal y también que el servicio funcione como prevé la nueva ley. En el caso de Zaragoza, hay que recordar cuando se aprobó la ley del divorcio en 1981, había dos juzgados de Familia. En estos treinta años tan solo se ha creado un tercero, a pesar de que las exigencias de la sociedad han crecido día a día. Es cierto que los divorcios bajaron entre un 3% y 5% el año pasado, pero con la crisis se han dispararon las modificaciones de medidas.
El autor de blog: (Los abogados matrimonialistas empiezan a recibir llamadas y peticiones de separados, en su mayor parte hombres, que esgrimen motivos económicos en plena crisis para que se cambie el régimen y se aplique la custodia compartida. "Yo gano lo mismo que mi mujer y tengo que pasarle la pensión porque tiene la custodia", es la queja más frecuente de los hombres para pedir que se reabran sus casos de separación.).
La LIVG, después de una media de 10 a 20 juicios por cada separación, estos aún no han acabado. Con la ley de Custodia Compartida y el elevado número de padres pidiendo la revisión de la sentencia para pedir la CC no ha hecho más que cargar de un trabajo innecesario y absurdo a los jueces, pues a todas las sentencias anteriores a la CC, ahora viene la revisión de dichas sentencias. Esta sobre carga de trabajo inútil por una parte y muy rentable para los indeseables que viven de la industria del maltrato, ha conseguido que la calidad de la justicia esté por debajo de lo medianamente aceptable, par que, al final termine imponiéndose la cordura, pues, el hecho de que la C.C. sea la postura más justa y adecuada en caso de separación ya estaba demostrado sobradamente y era evidente que esta se impondría por razones obvias.
Esta avalancha de padres pidiendo la revisión de su caso y solicitando la C.C. tira por tierra los argumentos de las feminazis que decían que los padres no se interesaban por sus hijos. Quizás, lo que ahora se puede vislumbrar es que dado como estaba la legislación abandonaban dicha lucha por temor a hacer más daño a sus hijos del que ya de por sí le estaba haciendo la madre con una separación virulenta basada en el egoísmo propio y no como argumentaban, que lo hacían por los derechos de sus hijos.
De todas formas, según las feminazis, el hecho de que una madre mencionara a sus hijos en cualquier tipo de situación, se interpreta como que la madre lucha por los derechos del niño, pero si los menciona un padre, este los está utilizando. Esta es una de las muchas tergiversaciones propias de este parasito feminazista.
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