El intento
de imponer la expresión "violencia de género" no es neutral, y
tampoco responde al documento aprobado en la Conferencia de Pekín sobre la
mujer.
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Actualizado
2 enero 2012
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La tendencia de lo políticamente correcto a crear sus
propias interpretaciones dogmáticas de los fenómenos sociales, y a imponer el
empleo de las palabras “canónicas”, se ha manifestado una vez más a propósito
del último caso de asesinato de una mujer a manos de su pareja en España. El
hecho de que en un comunicado del Ministerio de Sanidad para condenar el
asesinato se hablara de “violencia en el entorno familiar”, ha despertado
críticas indignadas de algunos colectivos por no utilizar la expresión
“violencia de género”.
Se ha dicho que la expresión “violencia de género” es
el término acuñado por la ONU en la Conferencia de Pekín sobre la Mujer (1995),
y que por lo tanto es el que debe emplearse en vez de eufemismos como
“violencia doméstica” u otros similares. Es curioso que dentro de las varias
posibilidades para referirse a este fenómeno solo deba emplearse una, como si
las demás estuvieran proscritas.
Pero aún más extraño es que cuando se acude a la
fuente –la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing– en su
versión española, y se hace una búsqueda en el documento, resulta que al hablar
de la violencia que sufre la mujer se utilizan las siguientes expresiones:
- “violencia
contra la mujer” o “contra las mujeres”: 80 veces
- “violencia
en el hogar”: 5
- “violencia
doméstica”: 3
- “violencia
de género”: ninguna
- “violencia
sexista”: ninguna
- “violencia
machista”: ninguna
O sea, para consagrar la exclusiva de “violencia de
género” hay que hacer violencia al documento de Pekín, que ignora la expresión.
La palabra “género”, tan discutida en la Conferencia y que motivó aclaraciones
y reservas por parte de algunos países, sale 203 veces, pero no en el contexto
de la violencia.
El empeño de algunos sectores por utilizar en
exclusiva la expresión “violencia de género” refleja que el término “género” es
deudor de una determinada ideología.
Así lo explica en un agudo artículo publicado en ABC, el catedrático de Lengua Española Manuel
Casado, que recuerda que la Real Academia Española se pronunció, por razones
estrictamente idiomáticas, en contra de la expresión “violencia de género”,
cuando se iba a aprobar la ley, proponiendo sustituirla por “violencia doméstica”
o “por razón de sexo”. Pero ¡qué sabrán ellos!, dijeron entonces los adalides
del pensamiento PC, y el gobierno de Zapatero les ignoró.
La resistencia a referirse al entorno familiar en este
contexto impide ver que muchas veces la violencia contra la mujer encubre
patologías en la estructuración de la familia que el pensamiento PC prefiere no
plantearse (cfr. Aceprensa, 23-12-2011).
Con tal de que se luche contra la violencia sufrida
por una parte de las mujeres, cada uno es muy libre de emplear la expresión que
considere más apropiada. El lenguaje, efectivamente, es importante. Y
precisamente por eso hay que evitar la imposición monolítica de un lenguaje
ideológico.
El autor del
blog: Y dale con la
barita. Estas feminazis siguen con su adulteración del lenguaje. Partiendo de
la base de que la violencia no tiene género, en el supuesto de que se le quiera
atribuir se debería de concretar que género ha cometido la violencia, es decir,
si se acuña el disparate de “violencia de género” es de suponer que la pregunta
se desprende por sí sola de esa acuñación ¿de qué género? Por lo tanto, las
acuñaciones (y que conste que no estoy de acuerdo) deberían ser dos (desde el
principio básico de la naturaleza), “violencia de género femenino” y “violencia
de género masculino”, sería más justo, dentro del disparate que para mí (como
para nuestra real academia de la lengua) conlleva.
En San Fernando de
Henares (unos de los bastiones más fuertes del feminazismo), el “Sr.” Alcalde
utiliza la expresión “violencia machista”, cuando se refiere a la violencia que
ejerce un hombre contra una mujer, como dice el y así explica en su blog. Abría
que preguntarle que, según él, cuando la violencia la ejerce la mujer contra un
hombre, si tendríamos que llamarle “violencia hembrista”. Es evidente que este
cenutrio negará que exista la violencia de la mujer hacia el hombre, pero no
porque no sepa que esta existe, sino porque políticamente (ya estamos) no le
interesa, no le da votos, no le da dinero.
A ver berzotas, pedazo de betún que eres más simple que el
asa de un cubo. La violencia es simplemente violencia, la ejerza quien la
ejerza y contra que o quien se ejerza, por lo tanto, si se es un ciudadano
honesto (de esto último tienes muy poco) se está en contra de la violencia en
todas las formas que esta se manifieste, punto. Y como creo que sabrás, la
violencia en la pareja (esto es matizar) es bidireccional, (por si eres también
un poquito corto, se da en las dos direcciones, es mutua) suele empezar de
forma psicológica y puede acabar como algunas veces por desgracia acaba, con el
asesinato, y es detestable lo cometa
quien lo cometa, un hombre, una mujer, una institución, una ex alcaldesa, una
ex concejal un ex jefe de recursos humanos, como si lo comete el padre de Domingo
Ortega. Mira tu por donde, “asesinato” es masculino singular, según las
depravadas feminazis habría que acuñar
el palabro “asesinata”, femenino singular, para cuando el asesinato lo comete
una mujer asesina. Ahíïïï perdón, según los sátrapas que confiesan con la
filosofía del género degenerado, las mujeres son unas santas y no cometen
violencia ni delitos. Mira tú por donde, con documentación aplastante que lo
demuestra, en tu partido tiene auténticas maltratadoras, asesinas de hombres, y
cuando digo hombres no me refiero a los que son como tú, eunuco castrado, esto
es lo que son precisamente todas la feminazis nacidas con pene. ¿Quién manda en
tu casa? Seguro que la respuesta es “los dos”, pero eso no se lo cree nadie,
simplemente es la respuesta políticamente correcta.
El autor del
blog…. …es decir, según Izquierda Undida (deSan
Fernando de Henares y con permiso de la hache); El maltratador. El vago. El
delincuente. El drogadicto y el cabrón que va a meter a Montserrat Muñoz de Diego y Mercedes Varas Gutiérrez en
la cárcel, tarde lo que tarde, así tengamos que llegar al tribunal de Bruselas,
y me lleve en el mismo lote alguna “jueza” feminazi, como se vislumbra en las
investigaciones que existe . Si supieras la de gente que espera esto, fliparás
en realidad virtual, lo de “en colores” ya está anticuado.
Por cierto, es los juzgados de Coslada, “asuntos” míos, se
han llevado directamente al provincial por considerar que no estaban preparados
para juzgarlos con imparcialidad. ¿Miedo a cometer prevaricación? o ¿una forma
de quitarse de en medio para que la mierda no le salpique? Conozco muy bien la
mierda que había en esos juzgados, y si hablo en pasado es porque desconozco lo
que hay ahora y no soy de los que opinan sin base ni razón, “de lo que no se sabe
no se opina”, En la época a la que me refiero, también conocí algunas jueces
dignas de admirar, pero también vi que estas duraban poco en eso puestos. Por
algo será, Por algo son o han sido investigados.
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